Constanza Mekis. La formación del lector escolar
0Uno de los objetivos de este blog es dar a conocer las publicaciones que se editan sobre bibliotecas escolares, ya sea en papel o en digital; la falta de producción impide, sin embargo, que las reseñas sean más frecuentes.
Por eso nos complace reseñar hoy el estudio de Constanza Meki, La formación del lector escolar. Oportunidades desde el entorno familiar, educativo, cultural y social (Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2016) de reciente publicación. A pesar de que el tema central de la investigación es la lectura, la relación profesional de Constanza Meki con las bibliotecas escolares hace que estas reciban una atención particular como espacios que facilitan las prácticas lectoras.
Constanza Meki es un referente en el ámbito de la lectura y las bibliotecas escolares. Bibliotecaria y ex directora para América Latina de la IASL (Asociación Internacional de Bibliotecas Escolares), ha sido durante veinte años coordinadora nacional del programa de desarrollo de los CRA (Centros de Recursos para el Aprendizaje)-Bibliotecas escolares del Ministerio de Educación de Chile. Actualmente jubilada de este cargo, es presidenta de IBBY de su país, consultora para varios países iberoamericanos y profesora en la Universidad de Zaragoza del Master en lectura, libros y literatura infantil, formación que ella misma cursó y fruto de la cual surge esta investigación.
Esta obra plantea la creación de un lector autónomo a partir de la implementación de la lectura por placer, la organización pedagógica y creativa de la biblioteca y el conocimiento de los gustos e intereses del lector. Se trata de una investigación basada en la observación del perfil lector de alumnos de 5º y 6º -entre 10 y 12 años- de tres centros educativos escogidos en función de las diferencias socioeconómicas. Seis alumnos escogidos de cada centro calificados, por el mismo centro que los escogía, como buen lector, lector regular y no lector. En las entrevistas semi estructuradas a cada uno de los alumnos, se sumaron otros instrumentos para la recogida de datos de carácter etnográfico como una entrevista entre alumnos, un focus-grupo de profesores, equipo directivo y responsable del CRA y conversaciones espontáneas, encuestas a los docentes, datos de uso de la biblioteca, todo ello siempre inquiriendo sobre los libros y la lectura.
Tras un primer capítulo donde se explica la metodología, sigue el capítulo donde se presentan los niños y los centros, con las desigualdades que cada entorno conlleva, un retrato detallado y cercano de cada escuela y de los alumnos. El capítulo tercero está dedicado a los resultados de la investigación: hasta qué punto los factores familiares y socioculturales determinan las actitudes de los niños y niñas hacia la lectura para concluir que la escuela no logra modificar ni superar las deficiencias del contexto extraescolar.
Dentro de la escuela. ¿cuáles son las experiencias de lectura de los alumnos? El capítulo cuarto se dedica a analizar las prácticas que promueve la escuela, prácticas que tienen un resultado deficiente, tanto en el perfil lector de los docentes como en la diversidad de estrategias didácticas. El capítulo quinto interroga a los alumnos sobre sus gustos lectores para concluir que la escuela los desconoce, en gran parte. El capítulo sexto está dedicado a la biblioteca: ¿qué papel juega este espacio en las prácticas lectoras de los alumnos? Aunque se trata sólo de una investigación cualitativa limitada a tres centros, la conclusión es que el papel de la biblioteca es escaso. En ninguno de los tres casos hay un plan establecido que impulse el funcionamiento integrado de la biblioteca en las acciones de lectura del centro y tampoco en el currículo en general.
El estudio vierte unos resultados con carencias que requieren soluciones que la autora plantea en las conclusiones: (1) Mejorar la didáctica de la lectura y la formación inicial de los profesores, (2) transformar los instrumentos de evaluación de la lectura en un elemento motivador y de disfrute, (3) conocer los gustos y intereses de los alumnos, (4) articular las prácticas de la lectura dentro de la escuela, (5) optimizar el uso de las bibliotecas escolares -CRA, (6) construir una percepción transversal de la lectura y (7) revertir la desigualdad de los centros educativos y las redes lectoras .
El estudio concluye con una completa bibliografía (lástima que las webs se citen de manera impropia), y unos anexos que incluyen los instrumentos utilizados en las conversaciones y entrevistas.
En conjunto, el trabajo de Mekis es una aproximación integral a la lectura desde la escuela a través de todos sus actores -alumnos, profesores y bibliotecarios-, un modelo para replicar y comparar en otras geografías y un estudio hecho (y sobre todo narrado) desde una mirada apasionada y comprometida.