Si tuviéramos un bibliotecario escolar…
0Este es el título del reciente artículo de Tina Vallès, escritora, correctora, traductora y articulista publicado en la edición del viernes 27 de enero en el diario digital Vilaweb. Es un artículo donde la autora reclama que el centro escolar que conoce alguien abra la biblioteca, atienda y aconseje a los chicos y chicas, seleccione libros, realice actividades de fomento de la lectura, …; una lista a la que podríamos añadir muchas otras tareas que podría hacer un profesional de la información y la documentación como ·colaborar con el profesorado en la elección de material docente, seleccionar recursos digitales para el aprendizaje, ayudar a los estudiantes en las búsquedas en Internet, enseñar a respetar los derechos de autor…, por citar sólo unas cuantas.
Parecería que reclamar un bibliotecario y una biblioteca escolar no tiene nada de especial y, de hecho, no dice nada que las personas preocupadas por este tema no hayamos puesto de relieve más de una vez y desde hace años (podéis ver una larga bibliografía en el apartado de Publicaciones de este mismo bloque) pero el artículo de Tina Vallès tiene algo especial: quien habla no es de este ámbito profesional y no habla en una publicación que lean/leamos maestros y bibliotecarios. Seguramente con este sencillo artículo consigue crear más estado de opinión que los blogs especializados que denuncian y exponen las carencias de las bibliotecas escolares en nuestra comunidad educativa. Muchas gracias, Tina Vallès.
Queremos aprovechar la ocasión para hacernos eco de otras voces que evidencian la necesidad de bibliotecas y bibliotecarios. Empezamos con Gloria Durban, bibliotecaria de un centro educativo, con larga experiencia y publicaciones, alertaba en su blog sobre la ausencia de las bibliotecas (o centro de recursos si lo queréis denominar así) dentro de todo el movimiento de escuela innovadora; como pueden impulsarse nuevas metodologías sin bibliotecas?
Es bien cierto que si queremos trabajar por proyectos, si queremos que nuestros alumnos tengan competencias en el uso de la información, que investiguen, busquen, comparen y aprendan con otras metodologías se impone la eliminación de los libros de texto y la incorporación de diversidad de recursos informativos. Que éstos sean digitales no evita que deban estar seleccionados -todo el mundo está de acuerdo en que todo lo que existe la red no es ni bueno ni veraz ni apropiado- y ordenados para poderlos utilizar alumnos profesores cuando y como sea necesario.
Por otro lado, todo el mundo está de acuerdo en que para crear el hábito lector es conveniente una biblioteca escolar. Evidentemente, es más conveniente tener una familia lectora, pero si te ha tocado una familia que pertenece al 40% que nunca lee, quizás se podría compensar con la biblioteca de la escuela si ésta tuviera libros atractivos y actuales, personal preparado y horario suficiente. Ya podemos ir haciendo planes de lectura y campañas de fomento si no aprovechamos la escuela que proporciona a todos los niños, sea cuales sean sus condiciones sociales y familiares, las mismas oportunidades y garantiza el acceso a los libros y la lectura. Está ampliamente demostrado que la biblioteca escolar en condiciones tiene una incidencia positiva en las competencias de todo tipo del alumnado. Los estudios ponen en manifiesto la correlación entre los recursos de que dispone la biblioteca y los resultados escolares, no sólo en las competencias lingüísticas sino también las matemáticas. Hace falta, sin embargo, presupuesto y personal.
Para terminar, les invito a leer cómo organizan las bibliotecas escolares en la ciudad de Nueva York. Nuestra colega·Gisela Ruíz lo explica en su blog en una entrevista al responsable del servicio. De hecho, lo hacen como en muchas otras ciudades, países o territorios (los condados ingleses, por ejemplo): con unos servicios de apoyo que garantizan el funcionamiento de las bibliotecas más allá de la autonomía de centro, una razón que permite desentenderse de la biblioteca si el equipo directivo no tiene interés y dejarla morir de inanición como esta, tan real, que retrata el articulista que nos ha dado pie al post.
Si, como anunciaba el Diari de l’educació, blog de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, "ha llegado el momento de tener una escuela pública de altísima calidad en la que se desarrollen las capacidades y competencias de niños y jóvenes y se aprenda a aprender" quizás también ha llegado la hora de tener bibliotecas en condiciones.