«Essai sur le roman érotique espagnol», de Amélie Florenchie

Florenchie, Amélie. Essai sur le roman érotique espagnol. Rennes: Presses universitaires de Rennes, 2024. 238 p. (Interférences). ISBN 978-2-7535-9705-1. 

Amelie Florenchie, profesora e investigadora de la Universidad Bordeaux-Montaigne e integrante del grupo AMERIBER, es una experta en narrativa española y estudios de género. En este ensayo nos ofrece una exhaustiva panorámica sobre la novela erótica española que abarca desde sus orígenes hasta la contemporaneidad, periodo este último al que dedica el grueso de su estudio.

En el preámbulo, Florenchie trata de definir los límites entre literatura erótica y pornográfica. Basándose en estudios precedentes de autores clásicos como Sarane Alexandrian, Marie-Anne Paveau y Eva Illouz, así como en sus propios análisis, Florenchie concluye que la literatura erótica es aquella que se corresponde con un relato ficticio de la vida sexual de uno o varios personajes y que reposa sobre diversos dispositivos enunciativos y lingüísticos específicos que aseguran la excitación sexual del público lector. En definitiva, se trata de un género muy codificado y que, pese a su ambigüedad, suele centrarse en una sexualidad fálica, hetoronormativa y heterosexista. No obstante, una de sus principales características es que tiende a alterar el orden moral. Asimismo, aunque a lo largo de su ensayo matiza las diferencias entre novela sentimental o rosa, erótica y pornografía, Florenchie señala los trasvases e influencias que se han producido entre ellas. Por supuesto, la estudiosa es consciente de que es un género sujeto a cambios y condicionado por la sensibilidad de la época, de ahí sus respectivas evoluciones. Además, pone en entredicho que este género sea de mala calidad o no pueda ser considerado de interés literario o artístico, como una parte de la crítica ha mantenido a lo largo de la historia. A este respecto, en su introducción, Florenchie recuenta y analiza al detalle toda la bibliografía crítica que ha generado, desde la ya canónica Histoire de la littérature érotique (Seghers, 1995), de Sarane Alexandrian, hasta la minuciosa panorámica Culturas del erotismo en España (1898-1939) (Cátedra, 2014), de Maite Zubiaurre.

Tras este preámbulo de índole teórica, la autora aporta una perspectiva historiográfica sobre este género literario. En la primera parte abarca desde sus orígenes, que se remontan a la época medieval, hasta su momento de mayor esplendor, entre 1868 y 1936. Por un lado, Florenchie pone de realce que a lo largo de la historia de la literatura española ha habido numerosas obras, hoy en día consideradas canónicas, que contienen episodios de carácter erótico. Entre otras, menciona El libro de buen amor (1330-1343), del Arcipreste de Hita, La Celestina (1499), de Fernando de Rojas, Retrato de la lozana andaluza (1528), de Francisco Delicado o Las novelas amorosas y ejemplares (1637), de María de Zayas. Por otro lado, la académica se detiene a exponer las causas que provocaron que entre 1868 y 1936 el género erótico viviera una «época dorada». Entre otras razones, Florenchie destaca el cambio de mentalidad que experimentó la sociedad española tras la Restauración y los sucesivos gobiernos republicanos. Especialmente, durante la Segunda República se produjo una importante liberalización de las costumbres que se tradujo en la multiplicación de la publicación de folletines, postales y revistas de contenido sexual, así como en la aparición de la literatura sicalíptica, cuyos representantes más exitosos fueron Felipe Trigo y Álvaro Retana.

En la segunda parte de su estudio, Florenchie se centra en el estudio de la novela erótica de la España democrática. Tras el páramo cultural que supuso la dictadura franquista (1939-1975), a finales de la década de los setenta se produjo en España una verdadera renovación del género erótico y de su distribución, hasta entonces prohibido. Indudablemente este cambio estuvo influido por el fin de la censura, la expansión del mercado libresco, la creación de un sistema cultural, que fue posible gracias a la inversión pública y la profesionalización de la figura del escritor. Síntoma de esta metamorfosis fue el florecimiento de un elevado número de colecciones de temática erótica que se produjo entre finales de los setenta e inicios de los ochenta. Entre las cuales, sin duda, la más importante fue La sonrisa vertical, creada por la editorial Tusquets en 1977 y vigente hasta 2014. En esta colección aparecieron obras indispensables como Elogio de la madrastra (1988), de Mario Vargas Llosa y Las edades de Lulú (1989), de Almudena Grandes.

Por otra parte, debido a que la literatura erótica se caracteriza por tener un público mayoritariamente femenino, en este capítulo Florenchie se interroga sobre la «feminización» de este campo. Con este fin, en primer lugar, examina el fenómeno conocido como boom de la literatura escrita por mujeres en los años ochenta y demuestra que, si bien se produjo un aumento de escritoras, el panorama general continuó siendo mayoritariamente masculino –desigualdad que pervive en la actualidad–. Es más, Florenchie advierte de que incluso dentro de la famosa colección La sonrisa vertical, la nómina de autoras tan solo ocupó un tercio del total. Además, de las veintidós ediciones que tuvo el premio homónimo, tan solo en ocho ocasiones lo obtuvieron mujeres, de las cuales únicamente tres han tenido una carrera literaria exitosa: Ana Rossetti, Almudena Grandes y Mayra Montero. Asimismo, Florenchie analiza pormenorizadamente la novela Las edades de Lulú, de Almudena Grandes con el objetivo de probar que puede leerse en clave feminista.

En la tercera parte, la académica se centra en el género soft-porn, también conocido como mommy’s porn. Este está inspirado por el imaginario de la pornografía mainstream y la novela sentimental, se dirige principalmente a un público femenino y su origen se vincula a la aparición en 2012 de la trilogía Cincuenta sombras de Grey de E. L. James (publicada por Grijalbo). Tras la exposición de la situación de esta categoría en el mercado literario español, Florenchie analiza la tetralogía Valeria (Suma, 2013) de Elísabet Benavent, la trilogía Venganza (Planeta, 2014) de Malenka Ramos y Zorras: la trilogía de las mujeres libres (Ediciones B, 2021) de Noemí Casquet. A mi juicio, Florenchie es valiente porque se atreve a aportar su propia visión de las novelas y a demostrar que una gran parte de esta literatura soft-porn repite los mismos esquemas que la pornografía más conservadora, puesto que erotiza tabúes tales como la pedofilia o la violación y, de nuevo, posiciona a la mujer como objeto pasivo dentro del intercambio sexual. En este sentido, la estudiosa advierte que lejos de ser una literatura transgresora se sitúa dentro de los esquemas tradicionales de una sexualidad fálica y heterocentrada, ya que no propone prácticas o lógicas relacionales diversas.

En el último capítulo de esta parte, Florenchie indica que el mercado literario actual está trufado de obras literarias de calidad que poseen un alto contenido erótico y que, sin embargo, no siempre se publican dentro de colecciones específicas del género y que ni siquiera son clasificadas como tal. Ejemplo de ello lo comportan Una mujer desnuda (Anagrama, 2004), de Lola Beccaria y El luminoso regalo (Alfaguara, 2013), de Manuel Vilas, a las que la académica consagra análisis pormenorizados.

A mi juicio, aunque está dirigido a especialistas, este ensayo puede resultar de interés para todo aquel que desee sumergirse en la historia de la literatura española reciente. Resulta muy accesible gracias a su prosa ágil y amena. Se agradece también la estructura tan coherente y bien diseñada a partir de la cual la autora traza una historiografía que va desde los inicios de la literatura española hasta nuestros días. Asimismo, resulta muy práctico que Florenchie aporte unas breves conclusiones al final de cada capítulo. También considero un acierto los minuciosos análisis de las obras escogidas. Sin duda, se trata de un estudio clave para entender la narrativa erótica española contemporánea que, como hace notar Florenchie, goza de una excelente salud y, presumiblemente, seguirá dando de qué hablar.

Carmen Medina Puerta 

Universidad de Sevilla