Bonilla, Juan. La novela del buscador de libros. Sevilla: Fundación José Manuel Lara, 2018. 273 p., [8] f. de lám. ISBN 978-84-17453-00-8. 19,90 €.
«[…] basta con que un columnista mencione un libro que no conozco para que se me abra el apetito, basta enterarme, en un prólogo, en una conversación, de la existencia de un libro apetitoso que yo ignoraba para que me ponga a la tarea de conseguirlo […]»
Esto no es un ensayo, ni una novela de ficción o de no ficción, este libro es la experiencia literaria de Juan Bonilla en primera persona. Es su pasión por los libros y su necesidad de buscar siempre un libro o sencillamente de esperar a que le salte a las manos desde una de esas estanterías rebosantes en librerías de viejo.
Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) nos abre un poquito las puertas de su casa, de su intimidad literaria para enseñarnos por qué le apasiona tanto buscar libros. Según nos cuenta, los libros están esperando que alguien los coja y los lea para devolverlos a la vida.
«[…] Mi biblioteca está llena de mañanas y tardes gastadas en las librerías de viejo de las que quedan como pecios de un naufragio, piezas que hoy saben susurrarme todavía detalles insignificantes que sobreviven enérgicos en mi memoria, una colección de detalles que rescato inmediatamente al abrir esos volúmenes […]»
Juan nos lleva de la mano a buscar libros y nos enseña también un poco las joyas que ha ido rescatando con el tiempo, de librerías de viejo, que como él dice: «prefiero a los libreros que no tienen ni idea de lo que se traen entre manos, porque gracias a ellos he conseguido libros que no hubiera podido ni soñar que alguna vez me pertenecerían.»
Libros que ha ido recogiendo y reviviendo en diversos rincones del mundo. Libros de los que como nos explica Juan muy bien, podría contarnos su vida confeccionando un catálogo de primeras ediciones, detallando cada entrada, junto a las características formales de los volúmenes y los datos bibliográficos… dónde lo encontró, si iba con alguien, qué sentía al salir con el libro a la calle…
Libros que no pudo comprar en su momento por escasez económica quizás, libros con los que nunca más volvió a encontrarse.
Nos hace una distinción entre el bibliófilo y el bibliómano. El primero tiene los libros exquisitamente ordenados y gusta de lucirlos, y te puede estar hablando de las estanterías de caoba o pino durante horas. Al bibliómano los libros lo devoran, los tiene en montones por todas partes, se niega a ponerle fronteras al monstruo. «El bibliófilo solo habla de grandes nombres, primeras ediciones […] el bibliómano, sin embargo, tiene la sangre infectada de nombres de autores menores de los que no se acuerdan ni sus herederos.»
Durante todo el libro hay momentos en que nos podemos sentir identificados con el autor, todos los que amamos los libros, en mayor o menor medida, y sin saberlo, hemos sido un poco como Jesús cuando le dijo a Lázaro: «levántate y anda», cuando, de las estanterías de libros hemos cogido uno que nos ha llamado la atención por algo y le hemos devuelto a la vida en cuanto hemos empezado la primera página. Todos los libros tienen algo que decir. No somos Jesús, ni ellos Lázaro, pero les hemos dicho: «levántate y habla».
Sobre el autor. Juan Bonilla nació en Jerez de la Frontera en 1966, y es autor de varios libros de relatos, poesías y ensayo. Es autor también de varias novelas, una de ellas, ganadora del premio bienal Mario Vargas Llosa: Prohibido entrar sin pantalones (Seix Barral, 2013).
Patricia Luzón
De la 5.ª promoción de la Escola de Llibreria
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