Hawthorne, Susan. Bibliodiversidad: un manifiesto para las editoriales independientes. Trad., Alejandro Caviedes, Juan Carlos Sáez. Bogotá: Red de Editoriales Independientes Colombianas: Taller de Edición Rocca, 2018. 159 p. ISBN 978-958-56545-0-1.
El libro de Susan Hawthorne fue publicado originalmente en inglés por Spinifex Press en el año 2014. Pretende ser un manifiesto-defensa de la bibliodiversidad con algunas aportaciones sugerentes y otras, bastante discutibles en mi opinión.
La edición en castellano, y creo que es un detalle importante, cuenta con el aval y el sello de la Alianza Internacional de Editores Independientes. La Alianza agrupa, cuando escribo esta reseña, a 550 editores de todo el mundo. En el ámbito del Estado español pertenecen a la misma la asociación Llegir en català y las editoriales Baile del Sol, Contrabandos y Txalaparta. Lógicamente no quiere esto decir que éstas sean las únicas editoriales independientes del Estado.
La autora, escritora, editora y feminista australiana, proviene del ámbito inglés, que en el mundo del libro presenta algunas claras diferencias, tanto por la preponderancia del idioma como por el tratamiento del precio con el, por ejemplo, francés, alemán o español.
Partiendo de un análisis e incluso de un origen justificativo de la bibliodiversidad en el feminismo y el ecologismo, pretende ir trazando casi un camino paralelo y justificativo entre ambas y la bibliodiversidad. Hasta en el título del algunos capítulos es claro este intento de hilazón: «El suelo», «Feminismo», «Pornografía», «Industria editorial orgánica»…
Y así, mientras en un caso se señala que las raíces de la bibliodiversidad surgieron del feminismo (pág. 23-25), en otro se constata (pág. 23) que fue un grupo de editores chilenos organizado en la Asociación de Editores Independientes de Chile quien acuñó el término, sin quedarnos con ello claro qué fue antes, el huevo o la gallina o si la causa feminista tenía que tener como consecuencia única y posible la bibliodiversidad.
El libro mantiene en muchas ocasiones un tono maximalista, sin dejar excesivo espacio para los grises o para dar cabida a entender el sector editorial con una visión sistémica o ecosistémica o como si, en el fondo, sólo existieran dos sistemas independientes: las megacorporaciones y los editores independientes.
Esto lleva, algunas veces, a hacer afirmaciones en mi opinión simplistas por reduccionistas. Por ejemplo: «La venta de libros en manos de las grandes corporaciones significa que todas las librerías venden los mismos títulos en tiendas que se ven igual». (pág. 36).
El libro, en sus catorce capítulos, breves, va abordando diversos aspectos relacionados de manera más central o tangencial con la bibliodiversidad. Así por ejemplo, en el primero, «Bibliodiversidad», intenta marcar el «campo de juego» buscando el paralelismo con la Biodiversidad y el equilibrio dinámico. «En el sistema eco-social puede haber equilibrio dinámico sólo cuando una multitud de diferentes voces pueden ser escuchadas». (pág. 22).
En el segundo, «La solución standard», plantea en gran medida una falsa dicotomía que tiene más de contínuum en la realidad del libro que de realidades excluyentes entre el deseo de homogeneización de unos y los libreros y editores conocedores y problematizados por lo social, lo político y cultural local, llegando también a afirmaciones del tipo de: «[los libros de las grandes editoriales] nunca serán amenazantes para el statu quo, ni cuestionarán los sesgos sociales o políticos de las convenciones desde la creatividad». (pág. 46).
En el tercero, «El suelo», en un breve paréntesis autobiográfico, la autora nos sitúa en el porqué de su mirada con la que nos quiere hacer ver que «lo personal es siempre político». (pág. 55).
En «La multidiversidad», capítulo cuarto, convierte a las «grandes librerías» –a saber en quiénes piensa exactamente– en culpables de la desaparición de las editoriales feministas y al libro electrónico en posible parte del método para destruir a las editoriales ecologistas. Y este tono de cierto carácter apocalíptico y de juego de «buenos y malos» con muros que casi parecen infranqueables se mantiene a lo largo de la mayoría del resto de capítulos.
Con todo, creo que hay algunas ideas sugerentes que, por supuesto, van más allá del sector del libro, como aquella en la que se aboga no sólo por la «libertad de expresión», que también, sino por la «igualdad de expresión» que busca el énfasis en la igualdad de resultados.
Susan Hawthorne escribe:
«A primera vista, la igualdad de oportunidades se presenta como la solución al problema de la desigualdad. Pero si todas las estructuras sociales de discriminación se mantienen, su efecto es nulo. De ahí la importancia de las políticas públicas con énfasis en la igualdad de resultados, aun cuando los apologistas de la desigualdad las consideren “injustas”. Es curioso observar que a menudo quienes esgrimen este argumento asisten a las carreras de caballos y aceptan las carreras handicap sin ningún problema… La igualdad de resultados busca emparejar la cancha y asegurar que cualquiera pueda competir… Los términos ”igualdad de expresión”, ”comercio justo”, ”silvicultura sostenible” y “libro justo” buscan que la justicia y equidad se sitúen en el centro de la toma de decisiones».
También, todo lo planteado en el capítulo 13, «Principios de la bibliodiversidad, patrones y procesos», donde, curiosamente, parece apostarse por una lectura más sistémica y por un mayor nivel de relaciones entre los distintos agentes del sector del libro. Lo mismo ocurre con algunas de las líneas planteadas en el último capítulo, «Bibliodiversidad en el siglo XXI».
A mí, como a la autora, tampoco me cabe duda de que «las editoriales independientes seguirán existiendo a pesar de las megacorporaciones globales y las megaeditoriales… las editoriales independientes seguirán publicando libros arriesgados, novedosos, duraderos y apasionados por la literatura: los libros de ahora para el mañana». (pág. 142).
Lo que no tengo tan claro es que vayan a ser las únicas que lo vayan a hacer. Los límites son más líquidos de lo que parecen.
Txetxu Barandiarán
Consultor en el sector del libro y la cultura. Autor de Cambiando de tercio.
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