Schmitz-Kuhl, Martin. Books & bookster: el futuro del libro y del sector librero. Trad., Susana Nigro. Bogotá: Universidad de los Andes: Universidad Nacional de Colombia; Villa María, Córdoba: Universidad Nacional de Villa María, 2017. 136 p. (La biblioteca editorial). ISBN 978-958-774-479-8. 23 €.
Las lecturas que uno realiza se muestran a veces caprichosas o extrañamente conectadas. Mientras estaba terminando la lectura de Hôzuki, la librería de Mitsuko, de Aki Shimazaki, ya reseñado en este blog inicié la lectura del libro que nos ocupa.
En el libro de Hôzuki, podemos leer:
- Entonces, ¿cuál es el fin de la filosofía?
- Preguntarse cómo vivir hasta la muerte, por qué hemos nacido en este mundo, sobre todo comprender qué significa el mundo.
Le pincho
- ¿Por qué complicarse tanto?
- Entonces, dime qué piensas tú.
- La diferencia es simple. La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar. (pág. 92-93)
Desde esta óptica, que me parece sugerente, me atrevería a afirmar que nos encontramos ante un libro más filosófico que religioso en el que no se pretende ni predicar ni enseñar el «camino de la verdad», sino abrir posibilidades, generar dudas, conocer experiencias que dan respuestas distintas y ofrecen perspectivas diversas en torno al futuro del libro, pero desde la acción y los hechos presentes.
Es por lo tanto, si se me permite, un libro ortopráxico que reflexiona y plantea propuestas variadas.
En el propio prólogo así se señala: «… no existe un futuro del libro, como tampoco existe un futuro del sector… Este libro está hecho para todos aquellos que aún no tienen una idea clara de lo que se germina en ellos» (pág. 2).
Tras un prólogo, el libro se estructura en doce entrevistas realizadas a algunas de las personas clave en el ecosistema del libro alemán. Este hecho, el geográfico, no es desde luego baladí porque marca también con claridad el desde dónde se hacen las reflexiones. Las personas entrevistadas recogen, creo yo, un amplio abanico de visiones y sectores de trabajo distinto del mundo del libro.
Cada entrevista tiene una frase, casi a modo de titular periodístico, que intenta a través de ella invitarnos a la lectura de cada una de ellas: El libro ha muerto, ¡viva el libro!; ¿Quién controla el futuro?; ¿Necesitamos todavía editoriales?...
Creo que una forma que puede resultar sugerente es haceros llegar una de las ideas, sugerencias o reflexiones, hay muchas más, que me ha llamado la atención en cada una de las entrevistas y que podáis constatar a través de las mismas la diversidad de miradas que se nos ofrecen para poder así quizás atisbar por lo menos que «No hay futuro. Hay FuturoS».
- Jens Klingelhöfer (Bookwire): El ebook no es en ningún sentido superior al libro impreso. Se lo aseguro. Pero tampoco creo que sean enemigos… Para mí los dos tienen sus ventajas. (pág. 4)
- Harald Henzler (smart digits): Solo por el hecho de contar con algunos productos digitales más, el ser humano no va a cambiar más rápido. La necesidad de tranquilidad, de coherencia, de armonía en nuestra propia vida es tan grande que siempre habrá, siempre buscaremos espacios donde desconectarnos. (pág. 20)
- Okke Schlüter (Escuela Superior de Medios, Stuttgart): … el modelo de negocios basado en la impresión, modelo con el que crecieron las editoriales, no va a dejar de existir ni de ser rentable de la noche a la mañana. Sería realmente tonto que lo abandonaran. Lo importante es pensar, al mismo tiempo, adónde habría terreno, lugar para las innovaciones. (pág. 27)
- Alexander Skipis (Asociación Bursátil del Comercio Librero Alemán): Me gustaría que a la gente le quedara claro que la decisión de comprar algo, en este caso, un libro, genera consecuencias. Por un lado, con respecto al libro mismo, como bien cultural, a su diversidad y calidad, y por otro lado, con relación al comercio online en su totalidad. Amazon está construyendo en Polonia depósitos de expedición para todo el mercado alemán. Allí los trabajadores ganan menos de 4 euros por hora. (pág. 42-43)
- Beate Kuckertz (dotbooks, Múnich): Hace un momento me preguntó dónde publicaría hoy un libro mío: lo seguiría haciendo en una editorial, por el simple hecho de que de esta manera aprovecharía el saber profesional y las estructuras que ofrecen las editoriales. Los selfpublishers tienen, muchas veces, la mentalidad de los vecinos de camping. (pág. 52)
- Sascha Lobo (Sobooks, Berlín): … aunque sea un horror para el mundo de la cultura, hay muchos libros que son una verdadera porquería… Que estén impresos en papel no significa en absoluto que sean de calidad. (pág. 61)
- Matthias Matting (El «papa del selfpublsihing», Múnich): Cuando un libro es anunciado como novela romántica, lo que se espera no es una gran calidad literaria… El tema es que la buena literatura no vende tan bien, y esa tendencia es cada vez mayor. (pág. 76-77)
- Juergen Boos (Feria del Libro de Fráncfort): Lo que caracteriza a la Feria es justamente el encuentro personal. El evento se llama «Feria del Libro», pero tal vez debería llamarse «Feria de la gente» (pág. 85). En el medio anglosajón hubo siempre una competencia más salvaje. Por eso estaban obligados a innovar para poder sobrevivir. Pero de ninguna manera significa que tengamos que imitarlos. (pág. 88)
- Till Weitendorf (Oetinger): Se trata de reflexionar juntos en cómo conectar lo háptico con lo digital y en la manera de sumar estos nuevos conceptos en el comercio estacionario. Sería recomendable que el comercio librero se mostrara abierto a las innovaciones, en vez de negarse a ellas. (pág. 100)
- Nina Hugendubel (Librería Hugendubel): Hoy, mucho más que ayer, en nuestra librería queremos brindarle al cliente una experiencia de compra emocional… Cuando a nuestros aprendices les pregunto por qué quieren ser libreros… solo unos pocos me dicen: «Me gusta vender. Me alegra ver salir de la librería a un cliente contento con un libro en la mano» (pág. 105)
- Volker Oppmann (LOG.OS): En el mundo digital nuestros libros ya no están en casa o en una institución pública, sino que se encuentran en los servidores de unos pocos proveedores, que además disponen de todos nuestros datos, los acumulan y los analizan. De esta manera, como sociedad, en lo referido al abastecimiento de contenidos digitales y a la administración de nuestros datos personales, nos volvemos completamente dependientes de estas empresas. (pág. 115)
- Martin Schmitz-Kuhl (periodista y autor): A diferencia de la industria de la música, donde todo se descalabró en muy poco tiempo, el sector del libro cuenta con suficiente tiempo como para hacer frente a los nuevos desafíos. (pág. 124)
Hay pues, futuros desde presentes distintos… Sigue habiendo tiempo y espacio para las dudas y las preguntas.
Txetxu Barandiarán
Consultor en el sector del libro y la cultura. Autor de Cambiando de tercio: https://cambiandodetercio.wordpress.com/
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