Setterfield, Diane. El cuento número trece. 2.ª ed. Trad., Matuca Fernández de Villavicencio. Barcelona: Debolsillo, 2016. 479 p. (Best seller; 782). ISBN 978-84-9908-806-8. 9,95 € en paper, 7,99 € llibre electrònic.
«-Érase una vez dos gemelas…»
Así comienza la historia que Margaret Lea no puede dejar de escuchar día tras día. Así comienza el final de la historia que Vida Winter quiere explicar a su recién contratada biógrafa. Durante el breve tiempo que permanecerán juntas, Winter le narrará los acontecimientos que sucedieron años atrás, algunos incluso más allá de los que incumben a su propia vida. Con ellos Lea podrá tejer la desconocida y verdadera historia de la famosa novelista inglesa y, gracias a ella, atar algunos cabos de la suya.
El cuento número trece es una novela escrita por la británica Diane Setterfield que fue todo un best seller en el 2006. Se trata de una obra en la que se mezclan diversas cuestiones, que se pueden englobar en dos niveles. Por un lado, los que se relacionan con el sector de los libros. Por el otro, los que versan sobre la propia naturaleza de la novela: la soledad, la añoranza entre hermanos, el amor pasional, etc. Todo ello envuelto en una literatura que recuerda a las historias de los grandes clásicos ingleses protagonizados y escritos por mujeres, como las obras de las hermanas Brontë.
Para esta reseña, me centraré en los aspectos del primer bloque, donde destacaría estos temas: el amor a la lectura y a los libros; el papel de las librerías y sus profesionales, y el de las bibliotecas. Setterfield, lectora confesa y con estudios universitarios en literatura francesa, comparte con el lector diversos guiños al sector a través de las palabras y las acciones de Lea y Winter.
Sobre la biógrafa, Margaret Lea, subrayaría diversos matices. Para comenzar, su apellido, que curiosamente en castellano tiene una relación muy evidente con los libros. Después, su profesión: «Soy dependienta. Trabajo en una librería especializada en libros antiguos (la librería familiar Libros de Viejo Lea). Soy biógrafa aficionada (de personajes muertos).»
En su papel de librera explica las tareas que realiza con los libros (cuidarlos –restaurarlos y limpiarlos–, colocarlos y ordenarlos alfabéticamente, envolverlos para enviarlos a los clientes, buscarlos cuando los clientes los colocan en otras estanterías), su vinculación personal con la tienda (aprendió el alfabeto y a escribir entre sus paredes), el papel de prescriptor de la lectura de su padre (que no le puso nunca un libro en las manos, pero tampoco no le prohibió ninguno), y la fascinación que siente por los libros, que le empuja a la lectura compulsiva de los grandes clásicos que haya en las estanterías del negocio familiar.
Sobre la relación con las bibliotecas, Lea las pone en valor en distintas ocasiones. Por una parte, manifestando que se siente cómoda entre sus muros. Por otra, cuando investiga si acepta el encargo de escribir la biografía, momento en que valora diversos aspectos. Entre ellos descubrir que Winter ha sido nombrada durante veintisiete ocasiones la autora más solicitada en las bibliotecas británicas y el contenido de las entrevistas que se conservan en la hemeroteca de la biblioteca local, donde cada una de ellas relata una biografía diferente.
Sobre la novelista, Vita Winter, sobresalen otros asuntos. Por una parte, la concepción del modo de escribir. Según ella, el éxito de sus novelas recae en que todas tienen una introducción, un nudo y un desenlace en el orden correcto. Este hecho la acerca a Lea, que devora los libros clásicos por el gusto por los desenlaces, con conclusiones claras, sin cabos sueltos. Otro motivo a señalar es que los encuentros entre ambas mujeres se realizan en la biblioteca de la novelista. Un espacio bien cuidado, clasificado y ordenado alfabéticamente, donde se incluye tanto las novelas de Winter como libros antiguos que la propia Lea hubiera tenido en su librería.
Por último, el título de la novela también proporciona una referencia al sector del libro, ya que El cuento número trece hace alusión a una edición defectuosa y, por ello de gran valor para los coleccionistas, de 13 cuentos de cambio y desesperación, una recopilación de doce cuentos de Winter que se retiró de las librerías por el error de numeración en su portada.
En mi opinión y a modo de conclusión, El cuento número trece proporciona un gran placer a los que amamos los libros, ya que habla de la fascinación por el mundo de las letras desde el relato de un misterio que atrapa desde el primer momento sin dejar ningún cabo suelto.
María José Sola
Formadora de bibliotecarios
www.mariajosesola.com.es
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