Glantz, Margo. El texto encuentra un cuerpo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ampersand, 2019. 212 p. (Lector&s; 10). ISBN 978-987-4161-34-5. 15 €.
Se puede saber mucho de una persona con dar un vistazo a su biblioteca. También a la música que escucha y al arte del que goza, mucho más incluso que a la afiliación política o el sentir religioso, si es que los hay, pues estos son susceptibles al cambio. A fin de cuentas, entre las letras, las notas y la plástica no hay mucha diferencia y todo es parte del mismo continuo profundo de la personalidad creativa que toma forma y definición a lo largo de los años. No siempre es así, hay que notarlo; existen personas de intereses tan variados que es difícil saber algo sobre ellas, fuera de una generalísima opinión en la que se las encasilla en la categoría, facilona, de «eclécticas». La regla, sin embargo, se aplica a un buen porcentaje de nosotros.
Hay tradición de lectores; buenos lectores que construyen escuela privada, algunas veces pública. Los hay entre ellos que se vuelven críticos literarios. Después están quienes escriben los libros que analizan los primeros y luego vienen los que disfrutan del trabajo de los segundos y se guardan la opinión. ¿Fue Borges el que dijo que se enorgullecía más por los libros que había leído que por los de su autoría? Ayuda al estudio de una personalidad si esta deja un registro de su parecer sobre el contenido de la biblioteca doméstica.
Con El texto encuentra un cuerpo (Ampersand, 2019), Margo Glantz, escritora y académica de gran reputación en la escena mexicana, hace esto. Su enfoque, sin embargo, no abarca toda su colección, sino más bien la literatura francesa, inglesa y norteamericana de tono sentimental y libertino, adornada con pinceladas breves de origen latinoamericano. Su lógica es la del análisis fragmentario, parecido a cuando se observan los detalles de una pintura, pues, como escribe, «reflejan aún mejor que el cuadro la originalidad del pintor», debido a que son estos detalles los que dan el lugar para que surja una experiencia. Escrito de otra manera, «en la literatura», continúa, «el orden de los factores cambia radicalmente el producto».
Es, por lo tanto, una colección de ensayos que pueden leerse de forma lineal o en el orden que plazca, pues no existe una trama continua. Algunos son minúsculos, otros de mayor extensión, pero aun así de pocas palabras, eruditos y al punto, todos ellos construidos con el enfoque de lo femenino. La mujer, primero, como un personaje pensado por el escritor y para vivir a través de ella sus propias fantasías o perspectivas del cuerpo y el sexo, como la Fanny Hill de John Cleland o la Moll Flanders de Defoe. La mujer, después, como escritora de su experiencia y bajo su propia identidad, después de la necesidad bochornosa de adoptar algún seudónimo masculino, como Mary Anne Evans haciéndose pasar por un tal George Eliot, o A. L. Aurore Dupin como otro George, pero este Sand. La mujer, finalmente Margo Glantz, que escribe con la orientación de su experiencia y el peso de su erudición.
A lo largo del libro aparecen nombres conocidos por todos; desde los más sonados, como las hermanas Brontë, Woolf y Austen, a pequeñas joyas como Charlotte Perkins Gilman, autora de El tapiz amarillo (The yellow wallpaper), uno de los relatos más atmosféricos sobre la reclusión, la demencia y la soledad. Pero todo el mundo tiene cabida aquí: aparecen el Marqués de Sade, Horacio Quiroga y Giacomo Casanova, Ray Bradbury, Woody Allen y Bruno Schulz, más de unos y más de otras. Los nombres y los títulos fluyen, y encajan de una manera que podría describirse como musical. La temática varía, pasando por el libertinaje y las epístolas y cruzando los terrenos de lo fantástico y lo embrujado. Si algo queda manifiesto, es la abundante cultura de Margo Glantz, autora de docenas de publicaciones y ganadora de otras tantas distinciones y premios. Como cortesía, cierra su libro con una lista completa de todas las obras mencionadas. El gesto se agradece.
No es la primera vez que el sello editorial Ampersand aparece aquí. Con sede en Argentina, su catálogo ofrece una variedad de títulos que agradarán a cualquiera que disfrute de esta lectura. Desde la producción de la cultura visual hasta los estudios literarios, tanto para un público especializado como para el general, lo que destaca en sus publicaciones es un aire autobiográfico y una educación fina y bien cuidada que se refleja en la calidad física de la propia edición. Hicieron bien en tomar este texto de las manos de Margo Glantz y ella hizo bien, para nosotros los lectores, en haberse tomado la molestia de confeccionarlo.
J. Antonio Tamez-Elizondo
De la 6.ª promoción de la Escola de Llibreria
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