Agustí, Lluís; Baró, Mònica; Rueda Ramírez, Pedro (eds.). Redes del libro en España: agentes y circulación del impreso (siglos XVII-XX). Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2021. 390 p. (...in culpa est; 9). ISBN 978-84-1340-289-5. 26 €.
Teruel también existe. Y también existen Huesca, Soria, la provincia de Burgos, Orense y los editores de zonas despobladas. Las zonas despobladas del mundo editorial español, moderno y antiguo, son de dos tipos: en una no hay gente, en otra no hay editores al por mayor, editores de éxito o agentes de importancia e influencia siderales, pero los hay, pequeños y obcecados, los hay, y cumplen una función tan necesaria como la que se arrogan los importantísimos.
El volumen objeto de esta reseña se dedica, por regla general, a estudiar lo que algunos consideran minucias. Si los que estudian las minucias lo hacen con minuciosidad, es decir, con detenimiento en los detalles, los resultados suelen ser memorables. Gracias a esta dedicación al detalle encontramos que, por suerte, lo que no es oro también reluce. El lema bajo el que se ampara la universidad de los editores del volumen (Libertas perfundet omnia luce), sirve de inspiración cuando se trata de desvelar el afán lector y editorial de los no importantes, de los que elevan el detalle a categoría de fundamento para el progreso cultural: Minutia perfundet omnia luce. Lo menudo también ilumina el mundo con su luz.
Trece artículos eruditos dedicados a iluminar detalles tenidos por oscuros en la actividad editorial española desde el siglo xvii son un lujo para todo aquel que quiera saber, a saber: qué pasaba con los editores oscenses hacia 1650, cómo se exportaban los libros de provincias a las colonias que se querían colonizar (también) con libros, el papel de las mujeres en la venta de libros cuando no existía Instagram, cómo el libro era vehículo de difusión de la cultura musical cuando no existía Youtube, cómo era vender libros extranjeros en tiempos convulsos anteriores a Amazon, cómo se regulaban las vidas y memorias y actitudes ante el tiempo tiempo antes de que existiera la telerrealidad de pago, cómo se promocionaban los libros y se distribuían antes del mensajero veloz, cómo se aconsejaba la lectura cuando el deseo no era un algoritmo; por último, es agradable recordar los tiempos en los que ser clandestino o disidente era un valor y no un demérito. El tiempo, parece, ha pasado también para el mundo del libro, por eso este volumen abrirá los ojos a todos aquellos que, según la feliz expresión de Alberto Gamarra, quieran saber qué pasaba con el libro «en las periferias».
La periferia no es solo un concepto geográfico. El núcleo de la periferia no es solo un punto de referencia espacial. El núcleo es una manera de entender muchas cosas, sea que uno hable de la temible cohesión territorial, sea que hable de la (no menos temible) cohesión editorial. Agustí, Baró y Rueda apuestan en este volumen por recuperar la tarea de los periféricos, de los que se resisten al uniforme y a la sola ciudad, de los que (en la ciudad) creen que hay espacio para nuevas formas de editar libros (Montaner y Simón, por un lado; Barcino, por el otro), de los que luchan por una idea, aunque no sea una idea triunfante. Editar libros en España en tiempos anteriores al triunfo de las finanzas fue siempre una tarea periférica. Sí, tuvimos muchas imprentas incunables, estrechas relaciones literarias con Italia y Francia, el glorioso y en exceso ponderado Siglo de Oro, reyes afrancesados y aun borbónicos. Pero de lo que se deduce de este volumen intrigante es cuánto costó tener un tejido editorial amplio, un tejido periférico que desafiara la cohesión y llevara una manera minoritaria y válida de ver las cosas de aquí para ver las cosas del mundo. Se deduce también que, si el triunfo de lo periférico hubiera sido incontestable, el centro sería ‒quizá‒ igual de rico, pero podría haberse visto obligado a añadir la riqueza de lo exterior a la propia riqueza. Si es motivo de loa que una empresa editorial de Soria se pusiera en marcha en tiempos oscuros es porque los tiempos oscuros lo fueron más de lo que estamos dispuestos a admitir, porque a algunos siempre les ha costado reconocer que la «circulación del impreso» no es cosa de un solo carril.
Este volumen que acoge la serie «…in culpa est» dirigida por el incansable y tozudo aragonés que es Manuel J. Pedraza intenta alumbrar aquella oscuridad y ampliar los carriles de aquella circulación. No es un libro fácil de leer, lo que lo hace más interesante. No es fácil de leer porque como suele suceder en las misceláneas sacadas de reuniones presenciales (O tempora, o mores) de muchos y dispares estudiosos, cada uno da lo mejor de sí mismo, aunque no tenga mucho que ver con lo mejor del erudito de al lado. Para el lector, mucho mejor, que así se entera de cosas de música igual que de cosas de propaganda o del precio de las resmas de papel en Almendralejo. Dicho de otro modo, un libro de este tipo pone a prueba al lector. Al lector de un mosaico se le exige que sea capaz de, a partir del trencadís, reconstruir un mundo que la historia general o la grandilocuente cultura oficial no tienen tiempo ni ganas de emprender. Este libro ofrece millones de datos útiles para que los bien preparados, o los que quieran prepararse bien, puedan utilizarlos como base para interpretaciones posteriores. Un ejemplo: a partir del cuadro de salarios de los empleados de Montaner y Simón se puede establecer un paralelo entre rangos, jerarquías y capacidades en el mundo editorial y, por comparación, hasta dónde alcanzaba un salario en la España del siglo xix. Otros ejemplos: comprobar que en «provincias» había lectores facultosos capaces de tener bibliotecas con cientos de volúmenes ¿era excepción o regla?, ¿regla que servía para describir la España que lucha en la periferia o la España que triunfa en los centros?; exportar libros a América ¿era solo negocio de unos pocos o seguía «razones de interés general»?
El volumen reúne conferencias, artículos o estudios presentados o relacionados con congresos o proyectos de investigación auspiciados bien por grupos de renombre bien por el ministerio del ramo. Los editores han reunido desde trabajos de reválidas varias de alumnos prometedores a autocelebraciones de eruditos consagrados. La variedad no compromete el trabajo final porque, excepto el programático y teórico artículo de Botrel, los demás se centran y esfuerzan en algo común alejado de la hermenéutica editorial. Agustí, Baró y Rueda creen que la historia del libro y de las artes afines debe reescribirse a partir de los nuevos datos aportados al por mayor para que el lector, cuando los haya digerido, pueda partir de ellos para crear nuevas interpretaciones. En una palabra, el libro es un atajo muy de agradecer para llegar a eso que algunos llaman fuentes primarias y que los autores se han tomado la molestia de poner a disposición de los estudiosos secundarios, esto es, de los que secundamos los datos, los mezclamos e intentamos darles nueva vida, que no quiere decir que sea mejor.
Editar un volumen de estas características es algo complicadísimo. Erasmo confesó en una carta que editar o imprimir un libro no consiste solo en hacer de un manuscrito un impreso. Los editores han salido airosos, y en los defectos que se aprecian tienen tanta culpa los autores de los textos, que a veces se toman las cuestiones ortotipográficas a la ligera ‒y, en ocasiones, también las ortográficas y las gramaticales‒, como los impresores, poco atentos a la claridad de imágenes o gráficos, entintados y luces y sombras. Siendo como son los editores gente de la biblioteconomía, el siempre peliagudo asunto de la bibliografía está resuelto con profesionalidad, lo que demuestra que han pasado muchas horas para dejar un volumen estupendo en el que encontrar el detalle y el libro que no conocíamos, ese que no creíamos tan necesario pero que, insertado en un volumen centrípeto, resulta fundamental para darle muchos centros a la periferia.
Carlos Clavería Laguarda fue profesor de la Escola de Llibreria y es autor, entre otros libros, de El infinito no cabe en un junco.
N. de la R. Podeu veure el sumari del llibre en aquest enllaç.
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