Sánchez, Remedios (coord.). Nuevas poéticas y redes sociales: joven poesía española en la era digital. Tres Cantos: Siglo XXI de España, 2018, 319 p. (Filosofía y pensamiento). ISBN 978-84-323-1933-4. 20 €.
Si uno se toma la molestia, puede encontrar en YouTube viejas entrevistas en blanco y negro con personalidades legendarias de la Era Dorada de la ciencia ficción, gente como Isaac Asimov y Arthur C. Clarke, en las que hablan sobre el impacto que las redes ciberespaciales tendrán en nuestras vidas. Todos nosotros, creyeron, nos volveríamos uno sabios gracias al acceso inmediato a la totalidad del conocimiento amasado hasta la fecha.
La ciencia y la cultura, soñaban, se democratizarían, y aquello pasaría a ser un salto hacia una nueva etapa en la evolución social de la humanidad. Y aunque es cierto que Internet es la fuente más espumosa de información que nuestra especie ha construido, también es verdad que muchos de nosotros, por no decir la mayoría, hacemos un uso ínfimo de sus potencias. Más sencillo es entretenerse con los chismes y demás banalidades que sirven de moneda común en las redes sociales, que invertir tiempo dentro de ellas para cultivar los aspectos más nobles a los que podemos aspirar.
Con todo y eso, existen quienes han hecho de Internet su propia revolución a la Gutenberg. El arte y la literatura han encontrado aquí una manera de difundirse más allá de los límites impuestos por las editoriales y los cánones estéticos y culturales, esos monstruos del buen gusto. Y la poesía, desde luego, ha encontrado caminos variados de dispersión, llegando a públicos a los que normalmente no habría podido llegar con las antiguas rutas de propagación. Es todo muy positivo, desde luego, pero a la masificación de la poesía, y la literatura en general, se le suma el peligro real de verse sumergida en un mar de frases huecas. Que todos ahora podamos decir algo no significa que nuestras palabras tengan valor o significado.
Esta preocupación, junto a otras, puede encontrarse en algunos de los ensayos de Nuevas poéticas y redes sociales (Siglo XXI de España, 2018), coordinada por Remedios Sánchez, una colección de 22 escritos que analizan cuestiones como la diferencia entre poetas millennials españoles y británicos, el tratamiento del amor en el marco de las nuevas tecnologías y el hambre de algunas editoriales por quiénes generan más likes.
Las opiniones son varias, y todas informadas por un nivel de erudición que nunca llega a sentirse pesado o críptico, para fortuna de quienes estamos más acostumbrados a la prosa que al verso. Algunos cargan con una fuerte crítica contra las supuestas gracias del medio electrónico y su influencia en la manera de hacer poesía, como «Poesía juvenil: el futuro o la muerte de la función poética», de Fernando Valverde. Otros, como «Las redes sociales y el fenómeno fan», de Nieves García Prados, no solo sugieren que estas nuevas maneras de hacer poesía pueden ser utilizadas como herramientas para la enseñanza de lenguas extranjeras, sino también como formas de hacer entender la diversidad, la miseria ajena, la vida de los otros.
Los temas tratados en esta antología se destacan por no limitarse a la poesía. La ficción también pasa hoy por los mismos revuelos. Casos se conocen de narradores anónimos, como poetas, que han sido «descubiertos» por grandes editores una vez que su popularidad en línea no puede ignorarse, o que han tenido que enfrentarse con las amarguras de un ciberplagio, o que utilizan las herramientas del hipertexto para generar propuestas de narración poco ortodoxas.
Lo más importante de todo, sin embargo, se encuentra en el acceso masivo al público que Internet ofrece a los creadores. El nuestro es el primer momento en la historia en que la oportunidad se encuentra al alcance de todos. Los favoritismos, mecenazgos, e incluso buena suerte de antaño, ya no juegan un papel prioritario en los tiempos que corren. Eso no significa, y hay que decirlo, que ahora tengamos una oferta de calidad ilimitada a nuestro alcance. Antes al contrario, la desventaja en la apertura de los medios de difusión a cualquiera que se sienta artista obliga a los consumidores, a los lectores, a ser más críticos en sus juicios. A sacar filo a sus criterios literarios y saber diferenciar al oro de entre las piritas.
Internet sigue siendo un fenómeno joven, y es demasiado temprano para sacar conclusiones sobre las maneras en las que afectará a la producción artística y literaria durante las siguientes décadas. La editorial Siglo XXI y Remedios Sánchez han hecho una buena labor en recopilar estos ensayos que, de cierta manera, sirven de pequeños mapas especulativos. Lo que hoy puede observarse en diferentes plataformas digitales es tan solo un germen de lo que está por venir. Lo interesante del futuro es que rara vez es como se le imagina.
J. Antonio Tamez-Elizondo
De la 6.ª promoción de la Escola de Llibreria
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