Paredes, Juan Carlos. Ciencia ficción, terror y otras fantasías sobre películas y libros fantásticos. Alcorcón: Norea y Aloman Ediciones, 2017. 263 p. ISBN 978-84-947302-0-7. 15,08 €.
Ciencia ficción, terror y otras fantasías es la valiente propuesta de Juan Carlos Paredes. Digo valiente porque es arriesgada. Auspiciada por una editorial bastante desconocida (no en vano este es su primer título publicado), enfocada hacia un nicho de mercado algo marginal (aunque infinitamente leal)... e impresa en papel, cuando otros proyectos similares se conforman con la distribución digital. Y pese a todo lo dicho, esta propuesta es tratada con optimismo y confianza; las páginas son de un papel de mayor gramaje que el que encontramos en productos editoriales más mediáticos y su longitud parece indicarnos que se ha preferido apostar a lo grande y perderlo todo a quedarse cortos. Dejémoslo claro desde el principio, admiro a todos los involucrados en esta obra por su osadía.
No seré yo, pues, quien desmerezca semejante trabajo. A modo de crítica constructiva, eso sí, debo señalar algunos aspectos materiales. El diseño de la cubierta no es muy atractivo, y la maquetación interna del libro, aunque coherente y funcional, es bastante insípida. El margen entre el corte de hojas y los párrafos es bastante escueto, por lo que es algo complicado leer esas zonas del papel. Y a ciertos pasajes les hubiera ido bien la figura de un revisor de estilo.
Dicho esto, ¿sobre qué trata el libro? Bien, como indica el título, nos encontramos ante una carta de amor que el autor le manda al género fantástico. Éste habla sobre todo de cine, pero también deja un generoso hueco a la literatura. En ambas disciplinas se defiende con holgura, y hasta apreciamos puntuales centelleos de auténtica originalidad en sus comentarios.
La estructura del libro es simple pero eficaz: hay tres capítulos que recogen temáticamente (Ciencia ficción, Terror, Fantasía) a las reseñas y artículos que los siguen. Dichos capítulos están ramificados, así mismo, en subapartados. Debo decir que los artículos me han gustado más que las reseñas porque estaban más informados y argumentados. Los hay de soberbios (Serial Killers, perfilados para matar) o llanamente interesantes (Sociedades distópicas).
Sin embargo, no es que las reseñas carezcan de valor. De hecho, su subjetividad me resulta muy atractiva. Es innegable, no obstante, que la calidad de las mismas es muy irregular: dejémoslo en que las hay más y menos inspiradas. Si a esas algo descafeinadas le sumamos que las ideas del autor que aparecen en ellas (como es lógico en un libro recopilatorio), se reiteran, su lectura se puede volver un poco pesada.
Pero bueno, vamos por partes. Lo primero que debo hacer es estar agradecido a este libro. Sobre todo, por el entusiasmo que atisbo en su escritor. Su pasión (devoción, más bien) hacia el género fantástico, el respeto con que aborda tanto películas como libros pertenecientes al mismo, es conmovedor. También tengo que darle las gracias a Juan Carlos Paredes por su aproximación a las reseñas y artículos. Y es que el tono desenfadado, alejado de la pedantería de ciertos académicos, salpicado de un humor de lo más simpático, es francamente entrañable. Y no por ello menos válido a la hora de reivindicar la legitimidad del cine como «entretenimiento» o la dignidad intelectual del género fantástico; ya hemos visto a otros esgrimir esta fórmula con éxito en blogs especializados similares, como Almas oscuras o el de la ya difunta revista Les males herbes, y Paredes no se queda a la zaga de sus compañeros.
Otra virtud que veo en Juan Carlos Paredes es que goza de un evidente bagaje, de una cierta cultura, pero no hace una arrogante ostentación de la misma. Y esta cultura no sólo está relacionada con el medio que aborda en este libro; también cita con tino a Borges, Sade, Campbell... Es esta riqueza erudita, sumada a las magnéticas ideas propias de Paredes, lo que hacen despuntar sus reseñas de las obvias observaciones o estériles ocurrencias de tantos otros. Eso sí, debo aclarar que (problema que ya anticipó el propio escritor en el Prólogo del libro), el formato recopilatorio «provoca la irremediable repetitividad». Leer de corrido el libro puede volverse algo cansino, pues a cada rato nos toparemos con el punto de vista del autor sobre un tema del cual ya nos había hablado páginas atrás.
Aclarado este punto, volvamos a la figura de Paredes. Lleva toda su vida trabajando como crítico, esencialmente cinematográfico. Es el material que ha ido produciendo a lo largo de su carrera, seleccionado y corregido, el que nos presenta en Ciencia ficción, terror y otras fantasías. A veces divaga y se descentra; eso le ocurre, por ejemplo, en la reseña del libro de Carrie, al que sólo dedica un párrafo de los seis que la componen. Su estilo narrativo es sencillo, promedio, diría. No hace alardes con el lenguaje, pero tampoco le son imprescindibles para comunicarse de forma certera. Como crítico es bastante amable, aunque no por ello permisivo o poco exigente. Pero, tal como él dice, «uno va al cine siempre con [...] una pasión que a veces roza la condescendencia», «fijándome siempre mucho más en lo positivo que en lo negativo». Es por eso que no le veremos ensañarse con casi ninguna obra, ni siquiera con aquellas con las que tantos otros se cebarían. Su enfoque es muy personal, como ya he resaltado más arriba, y el mismo descarga orgánicamente la mentalidad de Paredes: encuentra odiosas a las comparaciones, detesta a la crítica «seria» y su miopía respecto al género (a veces hasta del medio), es contrario a los listones y siente una admiración hacia las actrices algo insistente, que aunque a mí se me ha antojado inofensiva, quizás algo machacona como mucho, entiendo que podría llegar a molestar a otros lectores.
Las carencias del libro para abarcar lo que se propone no son involuntarias. Difícilmente una sola persona podría haber abarcado todo el género fantástico, o al menos sus exponentes más representativos, en «25 años de trabajo». Paredes, consciente de ello, tampoco lo pretende. La ausencia de algunos de estos iconos representativos tampoco es una limitación. El libro es más una visión caleidoscópica que panorámica del paisaje del género. Si, por ello, debe renunciar a ser más exhaustivo, no supone un problema. A título personal, me ha faltado, quizás, algún artículo sobre Lovecraft en tanto que padre espiritual del horror moderno. Me hubiera gustado sobremanera conocer la opinión del autor a este respecto. También, ya lo he mencionado antes, hubiera agradecido más presencia de la literatura. Pero esto son sólo percepciones mías.
Por último, advertiría que la Ciencia ficción tiene mayor peso global en el libro, seguida por el Terror y rematando con una pincelada por el Fantástico (del cual, aquí sí, ha escogido los ejemplos más característicos, los que para una obra más rigurosa no podrían faltar). Sobre el Prólogo apenas diré nada: era necesario a modo de autojustificación, pero eso no lo hace más digerible. Al contrario, el inesperado colofón final me ha cautivado: un Epílogo y unos Apéndices más que notables.
En resumen: quizás el libro, pese a su relativa ambición, no llegue a ser un viaje que se grabará en nuestra mente, pero habla convincentemente sobre el viaje imborrable en el que se embarcó el autor. Y por si esto pareciera poco, la obra es entretenida y amena. «Eso es, nada más. Y nada menos...» Así que a aquellos incondicionales del género, o incluso a personas ajenas al mismo que quieran leer un interesante planteamiento reseñístico, les animo a darle una oportunidad.
Oriol Vigil
Colaborador de Un libro al día
Gracias
Muchas Gracias por tu reseña y por haberte tomado el tiempo de leer el libro para hacerla con criterio.
Agradecimiento
Gracias por tu reseña, Oriol, y por haberte Tomada el tiempo de leer el libro y escribirla con criterio.
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