Narbona Cárceles, María. Antología de textos: historia de la cultura escrita. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2020. 105 p. (Textos docentes; 288). ISBN 978-84-1340-054-9. 9 €.
Esta selección de textos es una empresa ardua: 5.000 años de historia en menos de 100 páginas. Al cerrar el ejemplar da la impresión, con sorpresa, de tratarse de una obra mucho más voluminosa, tal es su volumen de sus contenidos. Esto se debe a una buena elección de los textos, a la atención a la variedad de registros, a un acertado encuadre histórico y a una estructura lógica, coherente y bien delimitada, ordenada en seis capítulos que van desde los orígenes de la escritura hasta la edad contemporánea. El resultado es un útil material pedagógico, que cumplirá perfectamente su objetivo: ser un texto de apoyo a la clase magistral de la asignatura Escritura y Sociedad, impartida en el segundo curso del grado en Historia de la Universidad de Zaragoza, aunque se echa a faltar una breve explicación, si no en cada texto, sí al inicio de cada parte, para quien se acerque a la publicación sin participar en la asignatura.
Amena selección, que facilita conectar a pesar de la distancia temporal, mediante «nuestra afición a los libros» como dice un texto medieval (p. 57), con expresiones como: «nada hay mejor que los libros» (p. 14), «el legislador colocó las letras por encima de todas las demás disciplinas, algo justo» (p. 20), «la lectura te consuele del olvido» (p. 36), o «la pintura de la voz» (p. 99), entre otras, que crean complicidad. Amor a los libros que se expone con inquietud por las voces que explican el préstamo o el deterioro o mutilación en que en ocasiones se encuentran.
Trabajo riguroso y de rico contenido, como corresponde a un texto universitario, no dejando aspecto sin tocar: las profesiones –incluso sus condiciones laborales–: escribas, encuadernadores y auxiliares, copistas, libreros, amanuenses, calígrafos, escribanos, anticuarios, correctores, compiladores, iluminadores, traductores, cajistas, taquígrafos, maestros; los elementos de escritura y cómo conservarlos en condiciones óptimas: buril, cálamo, pluma (de diferentes aves), estuche de estilos, estuche para libros, cañas, punzones, lápiz, gomas Milan y cuadernos Rubio, hasta llegar a las máquinas de copiar (de 1764 y 1786) y de escribir; no podían faltar los espacios donde guardar el material: bibliotecas (reales, privadas, universitarias, populares, pedagógicas, religiosas, famosas o anónimas) –entran al detalle los documentos 30 y 68, y merece destacarse san Isidoro de Sevilla (doc. 31), sobre la importancia de diseño adecuado del espacio: colores, pavimentos, luz, mobiliario… ¡Qué ilusos si pensábamos que era algo de nuestro siglo!–, cofres, cestos y arcones, que atesoran tablas, tablillas (de cera, madera, piedra o hierro), papiro, papel (de diferentes tipos), pergamino, palimpsestos y carteles, sin perder la oportunidad de aconsejar sobre el material más adecuado para corregir, borrar o parar la escritura (doc. 59).
Obras manuscritas, copiadas o realizadas al dictado y en diferentes formatos, que son clasificadas, catalogadas y ordenadas: libro (de diferente temática y tamaño) y librillo, rollo, cuadernillo, pliegos, cartas, tratados, leyes, volúmenes, tomos, series o ejemplares, códices, opúsculos, telegramas, audiolibros y, finalmente, el e-book. Objetos que son transportados, en ocasiones, a largas distancias, hasta manos del coleccionista o del bibliófilo (doc. 42); por lo que no podía descuidarse introducir el mobiliario más esencial: atril, estanterías, pupitres y… servidores de Internet (doc. 80).
La Antología tiene en cuenta, como no podía ser menos por el ámbito en que se aplicará, la importancia del acceso a la educación, las materias impartidas, los tipos de escuela, la importancia de la caligrafía y la tipografía, y el beneficio que reporta a la salud la escritura a mano (docs. 78 y 79).
Queda patente que quiere ser exhaustiva, pero, siendo un material docente en una asignatura transversal, faltan referencias femeninas que eviten perpetuar la tradicional historia androcéntrica del mundo, además de cumplir con las normativas y recomendaciones del Ministerio de Igualdad y porque, como dice Diodoro de Sicilia (doc. 80) «los muertos permanecen en la memoria de los vivos» y estaría bien que también lo hicieran las muertas. Sin negar la dificultad de encontrar, especialmente en la parte referida a la Antigüedad, registros cuyo contenido se ajuste a la necesidad de la asignatura, las referencias a niñas o mujeres es ínfima. Se podría haber aprovechado la inclusión de la normativa sobre instrucción, formación y educación (doc. 66) para incorporar los párrafos correspondientes existentes en los docs. 57 y 64. Solo aparece una autora (pues no hay constancia que las propias sibilas escribieran sus libros, si realmente existieron): santa Teresa de Jesús, de quien, aun siendo de prolífica pluma, el texto escogido presenta poco interés.
Asimismo, se hubieran podido obviar los docs. 38 (cuyo significado se pierde para quien no participe de las clases magistrales) y 74 (por no resultar relevante), mientras que se podría haber dado cabida, por ejemplo, a algún extracto del capítulo «Lectura» de Mary Wollstonecraft, en La educación de las hijas, a algún fragmento donde figura como autora Enheduanna, primera persona autora (y mujer) de quien se conoce el nombre, a la carta que menciona a la princesa egipcia Jonsumose (dinastía XX), a la inscripción de la paleta de escritura de la princesa Meketatón (dinastía XVIII) o, ya que se incluye correspondencia hitita, a la carta de la reina Puduhepa a Ramsés II, así como al conocido elogio de la imprenta de Beatrice Warde (siglo XX) o al soneto-declaración de Jerónima Galés, (siglo XVI): «Si el voto mío vale por mi officio,/ y haver sido una entre las más curiosas,/ que de ver e imprimir las más famosas historias/ ya tengo uso y exercicio». Son sugerencias que hubieran visibilizado el papel y la aportación real de las mujeres en este ámbito.
Con todo, es un trabajo muy bien resuelto pese a la complejidad del proyecto, una herramienta tremendamente útil para docentes y alumnado y de más que entretenida lectura.
Marta Ortega Balanza
Técnica de Igualdad. Unidad de Igualdad. Universidad de Barcelona
Nota. En aquest enllaç podreu veure el sumari complet del llibre.
Como historiador tiene que…
Como historiador tiene que ser una autentica maravilla, mis más sinceras felicitaciones.
Juan Fabres
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