How do we read? [en línea]: let's count the ways: comparing digital, audio, and print-only readers. Washington, D.C.: National Endowment for the Arts, 2020. 62 p. [Consulta: 11 nov. 2020].
Los informes sobre las prácticas de lectura se vienen prodigando durante los últimos años debido, fundamentalmente, a las transformaciones introducidas por la irrupción de nuevos dispositivos y modelos de acceso a los contenidos. La contraposición con el referente impreso, esto es, con una tradición de siglos, ha ejercido su magnetismo en especialistas de todas las áreas que han vertido sus opiniones sobre la naturaleza y consecuencias del cambio, unas veces fundamentadas, otras meras especulaciones (Cordón García, 2018). Estos análisis se han incrementado cuando han surgido nuevos formatos y formas de acceso digitales, como es el caso de los audiolibros, o bien cuando alguna circunstancia ha alterado el normal funcionamiento de la cadena del libro, como ha ocurrido con la pandemia de la COVID-19, que obligó al cierre de librerías y bibliotecas en todo el mundo, multiplicando exponencialmente el recurso a la lectura digital (Wischenbart, 2020; FGEE, 2020; Cordón, Muñoz, 2020).